miércoles, 12 de noviembre de 2014

Hablemos del bozal: a la hora de elegirlo, piensa en tu perro


Ahora que ha pasado el verano y el tiempo invernal ha llegado para quedarse, me parece buen momento para hablar de los bozales. Lo que hoy escribo puede ser de ayuda y a tener en cuenta en un futuro, el próximo verano.

Alguno os planteareis que no tiene sentido la relación bozal-verano-calor, pero si seguís leyendo veréis un pequeño o gran detalle a la hora de elegir bozal que se suele pasar por alto y que seguramente es muy desagradable para nuestros perros. Particularmente creo que ese detalle es importantísimo para el bienestar del animal.

Muchas de nuestras mascotas hoy en día utilizan bozal por diferentes motivos como evitar que coman cosas del suelo, o si han mostrado reacciones agresivas hacia personas u otros perros, por simple precaución, etc. Otros, sin embargo, y en aplicación de la ley 50/1999, de 23 de diciembre sobre régimen jurídico de la tenencia de animales potencialmente peligrosos (desarrollada por el RD 287/2002, de 22 de marzo), están obligados a llevarlo.

Volviendo al inicio, no paro de ver perros todo el año con bozal, y este casi nunca suele ser el adecuado por tamaño y características, pero me produce sobre todo especial preocupación ver perros que en pleno mes de julio a 35 grados a la sombra llevan puesto un bozal de nylon, de esos que se ajustan al hocico haciéndoles difícil incluso respirar con normalidad y otros que, aunque son del tipo “cesta”, lo llevan tan ajustado que produce el mismo efecto que el anterior. Cualquiera diría que lo compraron para el cachorro y se olvidaron de cambiar de talla.

perro bozal nylon buen uso del bozal By User:Knvyf (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commons
Un bozal inadecuado puede ser muy molesto para el perro


Como siempre, parece que nos falta empatía hacia nuestros compañeros de cuatro patas, y es que como recordatorio y para quien no lo sepa ya: LOS PERROS TAMBIÉN PASAN CALOR.

Escribo esto último en mayúsculas porque es clave. Nosotros, entre otras cosas, regulamos nuestra temperatura corporal eliminando el exceso de calor por la piel, a través del sudor. Sí, los perros también pasan calor, y tienen dos formas principalmente de regular su temperatura.

Por un lado por medio de las almohadillas de las patas, eliminando el exceso de calor por transpiración.

Por otro lado, por medio del jadeo siendo este, sin duda, su mecanismo termoregulador más importante. Todos hemos observado alguna vez que cuando hace más calor nuestro perro saca la lengua, babea, jadea, respira más fuerte... es este punto donde deberíamos darnos cuenta de la importancia que alcanza la elección de un bozal adecuado, no solo tener en cuenta que evite los puntos que enumeramos al principio.

En muchas ocasiones, cuando el calor es excesivo para el perro no es suficiente con estos dos sistemas de los que disponen y le sobreviene el temido golpe de calor. Por eso creo que es tan importante que, si no queda más remedio que tener que ponerle un bozal, este reúna las condiciones adecuadas para cuidar la salud de nuestro amigo, y le permita abrir la boca y jadear para regular su temperatura.

Lo ideal en estos casos sería optar por la opción de un bozal de tipo “cesta” del tamaño adecuado, es decir que le permita abrir la boca dentro para poder jadear. Existen en el mercado unos bozales de este tipo, pero que ademas por su estructura les permite incluso beber y recibir premios por el tipo de aperturas que tiene, estos últimos son los ideales, yo los utilizo cuando lo necesito (bozal Baskerville).

bozal baskerville pastor alemán buen uso del bozal
El bozal tipo Baskerville con la medida adecuada es la mejor opción


Como apunte final es interesante recordar que el bozal es algo antinatural y nuevo para el perro, y requiere un proceso de habituación positiva: no se trata de ponerlo a la fuerza y ya esta, esto suele traer más problemas y alguna que otra discusión con nuestro perro.

Ya sabéis, si no queda más remedio que poner bozal, tomaos vuestro tiempo en buscar y elegir, por su salud. No tentéis a la suerte y evitad que los paseos (en primavera, verano, otoño o invierno) sean un suplicio para vuestro perro.

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