Jugar con tu perro es
una parte fundamental de su educación, aumentaremos el vínculo con
él y tendremos una relación más saludable. Con el juego
conseguimos que nuestro perro tenga esa actividad tanto física como
mental que necesita en su día a día, y aporta sin duda gasto
energético. A través del juego podremos enseñarle a
autocontrolarse y una serie de normas básicas que mejoraran su
convivencia con nosotros.
Un aspecto muy
importante a tener en cuenta a la hora de jugar o de elegir el tipo
de juego, es la edad del animal. Tanto si esta en
crecimiento/desarrollo, como si ya tiene cierta edad, debemos
considerar no elegir juegos muy bruscos que puedan dañar sus
articulaciones y producir a la larga un problema mayor, y optar por
un tipo de juego más tranquilo y relajado.
Todo juego debe de
tener una serie de normas que siempre respetaremos desde el
principio.
Entre los juegos que
podríamos realizar con nuestro perro podemos destacar:
Jugar con pelotas, uno de los juegos más habituales |
2. El tira y
afloja: Con un mordedor o cuerda de nudos, incluso un trapo
si es un cachorro, podemos incitar a nuestro perro como si fuera una
presa en movimiento a morderlo, cazarlo y tirar, haciendo nosotros
lo propio, dejándole ganar unas veces y otras no. Debemos de ser
cuidadosos para no sobrepasar el umbral de excitación y que el
juego deje de serlo.
3. Circuitos de obstáculos: Siempre podremos improvisar un pequeño circuito en el que nuestro amigo tenga que saltar, esquivar, pasar por debajo, etc. una serie de obstáculos. Podemos hacerlo en el parque o en casa si el perro es cachorro todavía. Mejorara no solo su forma física, también su actividad mental y su capacidad de resolución de problemas.
4. Ejercicios de olfato: Los grandes desconocidos. Desde esparcir una serie de premios de comida por una pequeña zona de césped e incitarle a que los encuentre mientras los va comiendo, pasando por enseñarle a seguir una pequeña pista de pisadas, e incluso esconder los premios de comida o su juguete favorito para que los encuentre utilizando su nariz. Los juegos de olfato aumentan la concentración y la cognición y reducen el estrés residual que pueda tener con su uso habitual.
5. Juegos de trileros: Una forma más tranquila de jugar, pero no por ello menos divertida. Empezando por un solo cubilete con un trozo de comida escondido y dejando que nuestro perro lo descubra, para poco a poco ir aumentando la dificultad.
6. Juegos/juguetes para morder e interactuar: En este apartado podemos incluir huesos, tanto naturales crudos como artificiales, los juguetes de tipo Kong rellenables de comida que deben lamer para conseguirla, también juguetes interactivos rellenables de comida con los que igualmente que necesitan interactuar para conseguirla,etc. Este tipo de juegos/juguetes son ideales para cuando dejamos a nuestro perro solo, puesto que le mantienen entretenido un buen rato sin necesidad de nuestra presencia, evita problemas de destrucción por aburrimiento o de ladrido excesivo por lo mismo, aumenta su cognición, capacidad de resolución y, lo más importante, le dejamos algo que hacer en nuestra ausencia, un entretenimiento para él.
Las cuerdas de nudos son un juguete divertido y versátil |
Dentro de las normas
básicas que podríamos proponer:
- El juego lo iniciamos y finalizamos nosotros. El inicio es siempre más sencillo, ya que nuestro can al ver el juguete se sobrexcita. Para finalizar debemos desde el principio establecer una señal indique que hemos terminado, como por ejemplo: “se acabo” y retirar el juguete.
- Enseñar a nuestro perro a traernos los objetos. Como nosotros, los perros no nacen sabiendo, no debemos enfadarnos si no lo traen ya que conseguiríamos el efecto contrario, ni perseguirlo para quitárselo, algo que consideraría parte del juego. Una forma sencilla es empezar a poca distancia y con una correa larga puesta para poder atraerlo suavemente y vea que así continua el juego.
- Enseñar a nuestro perro a entregarnos el juguete para continuar. No debemos luchar con el para quitárselo, podría creer que es un tira y afloja. Al principio debemos poner una señal, por ejemplo: “suelta” e intercambiarlo por otro juguete o por premios de comida.
- No tiene que tener todos sus juguetes siempre a disposición (en etapas de cachorro si deben de tener una estimulación ambiental muy variada). De hecho, lo mejor podría ser dejarle alguno de morder o interactivo cuando se queda solo y retirarlo cuando volvemos. Y dejar el resto para poder jugar nosotros con él durante los paseos, por ejemplo.
Si te parece bien, ya
no tienes otra opción: ¡¡¡¡ A JUGAR !!!!
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